martes, 19 de octubre de 2010

El acuerdo de ZP

Acaba de anunciar el PSOE federal (nacional, para los clásicos) un acuerdo por el que el PNV permitirá al presidente Zapatero finalizar la actual legislatura. Un acuerdo en el que serán convidados de piedra Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro, aunque a ambos haya que darles importancia. Y se pregunta cierta gente si el acuerdo perjudica a España.
Puede hacerlo, pero no tiene por qué (como pudieron hacerlo en su día otros pactos firmados desde la Transición entre partidos españolistas y los nacionalistas, sobre los que nadie se preguntó nada en su momento, aunque acabaron siendo perjudiciales casi todos, habría que decir).
Vista desde Asturias, la dependencia del Gobierno Español del apoyo nacionalista tiene un antes y un después en aquel periodo postelectoral en el que José María Aznar proclamó que hablaba catalán en la intimidad (porque durante aquella negociación con PNV y CiU fue cuando se transfirieron las competencias sobre puertos a las comunidades autónomas... primero las de Barcelona, a la Generalitat catalana –que permitieron a Aznar ser presidente del Gobierno de España– y, luego, las del resto de los puertos a sus comunidades respectivas –como la que llevó a permitir a Cascos denunciar que el Principado iba a "tabicar la playa"–.
Hoy, dice cierta gente que el acuerdo de ZP con el PNV rompe "la caja única de la Seguridad Social", lo que no es verdad, porque la llamada 'caja única de la Seguridad Social' ni es caja ni es única. Pese a lo cual nada impide que la expresión haga carrera en nuestra mediocre política.
En cambio, lo que sí hace hace el acuerdo de ZP con el PNV es devolver al vasquismo a primera línea de la política en Euskadi, donde está a medio desarrollar un interesantísimo experimento que está enseñando que se puede ser vasco sin ser del PNV. ZP puede estar satisfecho por lo que ha logrado, pero nunca se arrepentirá suficientemente de lo que ha impedido.

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