Ahora, Tini, ahora

Hace tiempo que está claro que ZP va cuesta abajo y Madrid acaba de probar que hasta en su partido lo sabe mucha gente. Pero es nueva la coyuntura que puede animar a sus enemigos (los que le siguen y no los que están enfrente, que sólo son rivales, como enseñó Winston Churchill). Porque en pocos días ha perdido dos de sus batallas principales: la de la huelga general (que, al final, sólo ganó la derecha, según las encuestas que anuncian que el PP se distancia más del PSOE en intención de voto –aunque no es Don Gato amigo de las encuestas, precisamente–) y la de las primarias de Madrid (en las que Tomás Gómez ha obtenido una victoria que será inútil cuando se enfrente a Esperanza Aguirre). A cambio, disputa con ventaja la batalla de los Presupuestos, que le permitirá acabar la Legislatura... si quiere. En este contexto, al presidente del Gobierno le vendría bien un ministro de Trabajo 'de izquierda' para reconciliarse con sus bases cuando Celestino Corbacho dé el salto hacia Cataluña (salto nefando, por otra parte, según las encuestas de marras, pero ésa es otra historia). Y un candidato que da el perfil es el asturiano Vicente Álvarez Areces. No es fácil confirmar si el gijonés tiene opciones, pero es seguro que –si las tiene o las tuvo alguna vez– le conviene jugarlas ahora.